Antes de empezar querría explicar la importancia de dar voz a ciertos fragmentos de nuestro pasado para poder caminar en el presente con clara certeza de quiénes somos. Y es que Andalucía ha sido desde sus orígenes una de las mayores expresiones de multiculturalidad, hoy con este proyecto buscamos hacer valer esta seña de nuestra identidad.
Mi tarea de conectar la herencia islámica de Alcalá con la actualidad es bien sencilla puesto que para empezar el nombre tanto de esta ciudad como del río que la vértebra deriva directamente del nombre dado a ellos en época de Al-Ándalus, siendo estos Qalat Chabir y Wadi ira.
Este legado está también muy presente en nuestras calles y sobre todo en los más importantes símbolos de nuestra identidad como lo es el castillo que corona la ciudad. De construcción almohade y erigido entre los siglos 12 y 13 y fortificado bajo mandato del gobernante de Sevilla, Abu Yacub Yusuf. Este fue un enclave militar usado durante siglos como punto de defensa de Sevilla y que es el eje de diversas leyendas populares de Alcalá como la de la Princesa Aira, que según narra da nombre al río, y el mismísimo dragón, que hoy día es tan claro símbolo de la ciudad, todas estas fábulas nacidas de las fantasías sobre el periodo almohade y relacionadas con las familias nobles que gobernaron sobre el castillo en aquellos tiempos.
Y es que la imagen que proyecta este castillo no sólo alimentó la imaginación para la creación de leyendas, sino que también inspiró a artistas locales y extranjeros que plasmaron en sus lienzos su romántica estampa. Dado que entre los siglos 19 y 20 esta gran construcción sirvió de modelo a toda una escuela pictórica propia nacida en nuestra localidad y que llegó a los salones de arte de París, Buenos Aires y Nueva York. La belleza del lugar llegaría a hacer incluso a Washington Irving a acercarse a visitar el lugar en mitad de su famosa ruta.
La otra gran estructura por excelencia que los almohades dejaron cimentada en Alcalá y sin la cual esta no se reconocería es el molino. De los 40 molinos que se contaron, en el primer registro oficial documentado, de 1705 existen crónicas medievales que afirman que al menos más de 12 de ellos fueron de construcción almohade. De entre ellos cabría destacar el nombrado como Aben Ocba, el hoy conocido como La Aceña, que llego a pertenecer al último líder de los practicantes del islam en Alcalá, Hamet Aben Paxat. Tan importante fueron estos molinos para la población que varios de ellos fueron fortificados para evitar su pérdida a manos enemigas, modificaciones que a día de hoy siguen siendo visibles.
Para entender cómo era la vida en una población dedicada a las tareas de la molienda hay que saber que en Al Ándalus había completa libertad para que sus gentes fueran a moler el grano al molino que eligieran. Los clientes eran particulares que deseaban moler su trigo, agricultores, comerciantes que compraban trigo y vendían harina o panaderos, que eran los clientes más importantes del molino. El molinero cobraba por su servicio bien en especie (se queda con una parte del grano y/o harina), o bien en dinero, aunque en la mayoría de las ocasiones los molineros andalusíes cobraban en grano. Hay que incluir en el coste los sueldos del molinero, el del acemitero (quien limpia el salvado), y el del garbillador (quien criba el grano), que eran profesionales contratados por el molinero. El molino además daba lugar a una especialización de profesiones para su construcción y mantenimiento, su maquinaria, sus canales y presas.
Sin embargo, la ingeniería dedicada al agua no queda ahí, puesto que el ya mencionado Abu Yaqub Yusuf gobernando Sevilla ordenó la reconstrucción del acueducto romano en ruinas encontrado cerca de la Puerta de Carmona, el rastro de este llevo a los ingenieros hasta su nacimiento subterráneo en Alcalá. Una vez finalizada la reconstrucción y la ampliación del recorrido el acueducto trasladó el agua subterránea desde Alcalá primero hasta el palacio de la Buhaira y más tarde a la Torre del Agua del Alcázar.
En resumen, no se puede negar que Alcalá fue una ciudad islámica. La cual tuvo el castillo como eje central, en él estaba la mezquita, el terreno para el zoco, el alcázar, los baños, el arrabal y los muros defensivos. Sin embargo, las investigaciones no concluyen que fuese una medina, dado que las excavaciones solo lo confirman parcialmente, aunque efectivamente tiene todos los elementos de esta. Esta ciudad islámica con toda su extensión y aldeas estaba regulada según el derecho maliki que es el que imperaba en Al-Ándalus. Fuera del castillo se encontraban las huertas, molinos y otras aldeas (haciendas y cortijos) y que estaban representadas o regidas por el Alcaide que presidia el consejo de ancianos (o sabios de la comunidad). Las aldeas situadas en la zona del norte y la del sur eran centros de producción agroganadera (alquerías) en régimen semiautónomo.
Como hemos visto además de haciendas y cortijos, Alcalá destacaba por la abundancia de molinos hidráulicos en los que con la fuerza del agua molían el trigo para la obtención de la harina, o la aceituna para el aceite.
Pero no solo la herencia islámica puede apreciarse en la población de Alcalá, en su termino municipal encontramos un enclave sumamente importante para entender la historia de toda la región y es la antigua villa de Gandul, cuyo nombre indican recientes estudios proviene del nombre con los que los almohades se referían a la planta de la retama, Qandul. Surgió así una pequeña población agrícola, una alquería andalusí alrededor de una fuente de agua nombrada Ayn al-Qandul (la Fuente de la Retama), que fue ganando importancia como lugar de paso entre las poblaciones de Sevilla y Antequera. Así llego a erigirse una torre almenara defensiva que funcionaba como extensión de la presencia militar del castillo de Alcalá.
Hoy que vivimos en una sociedad cada vez más conectada y centrada en la actualidad inmediata es importante regresar la vista a la historia para recoger los valores que puedan ayudarnos a mejorar y en este caso no es otro que la hermandad entre culturas. Dada la vinculación de Alcalá en su historia con la comunidad musulmana no creo que pueda ser de otra forma que este proyecto sea acogido con los brazos abiertos.
Por último, me complace informar que toda la documentación donde queda reflejada la información aquí expuesta estará disponible en nuestra web como parte de nuestro nuevo proyecto Biblioteca, accesible para todos. Donde iremos incluyendo todo tipo de lecturas y estudios que aporten más conocimientos sobre este pasado andalusí de la región.